Generalmente, al hablar de apego, la primera imagen que se viene a la cabeza es la del contacto piel con piel de un recién nacido en brazos de su madre. Sin embargo, este vínculo es mucho más que eso.
El apego es el resultado de una relación afectiva entre un niño y su cuidador estable, quien genera sentimiento de confianza para regular el estrés en situaciones de ansiedad, dolor, miedo, entre otras.
“Este vínculo se desarrolla a través de las interacciones continuas en un periodo crítico de la infancia, especialmente, entre los seis y 18 meses de edad”, explica Rodrigo Cárcamo, psicólogo infanto juvenil de Clínica RedSalud Magallanes.
Si bien, en la mayoría de los casos, el cuidador principal es la madre, también otras personas pueden ser identificadas como figuras de apego: papá, abuelos, educadoras, por ejemplo. Asimismo, cabe mencionar que se puede establecer más de una relación de apego, lo que se conoce como red de apego.
¿Cuál es la importancia del apego en la salud emocional de un niño o niña?
El apego seguro predice mejores relaciones sociales, mayor regulación del estrés y de las emociones, disminuye la probabilidad de psicopatología en la niñez y la adultez, y predice mejores relaciones interpersonales en el adulto.
Apego seguro
Todos los niños pueden desarrollar vínculos cercanos con sus diferentes cuidadores, sin embargo, es clave saber distinguir entre apego seguro y apego inseguro, y procurar establecer la relación desde la seguridad y la confianza.
Para reconocer un apego seguro, basta con hacer un ejercicio de observación durante alguna situación que genere desregulación emocional en el niño y la manera en que este reacciona
- Caso de apego seguro: Por ejemplo, un niño que siente miedo o dolor y busca la proximidad con su cuidador y logra calmarse, es un indicador de apego seguro.
- Caso de apego inseguro: aquel niño que no busca a su cuidador para enfrentar la situación, no logra calmarse aún estando cerca y/o maximiza sus emociones de displacer, está dando señales de que el apego se da de manera insegura.
Consejos para un apego seguro
Responder de manera empática y oportuna las necesidades de contención que puede necesitar un niño, frente a situaciones de estrés.
Solicitar ayuda de un psicólogo infanto juvenil para que oriente las reacciones del cuidador frente a determinadas circunstancias.
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