La intoxicación alimentaria se caracteriza por producir un dolor intenso repentino, el cual se puede aliviar en pocas horas o producir malestares que se prolongan por varios días, los cuales deben ser evaluados por un médico.
“La intoxicación alimentaria se produce por ingerir sustancias tóxicas en alimentos o por comer alimentos o bebidas contaminadas. La causa más común son los microorganismos infecciosos (bacterias y virus) o las toxinas que estos producen”, indica el doctor Guillermo Watkins, cirujano digestivo de Clínica RedSalud Santiago.
Síntomas de una intoxicación alimentaria
Generalmente, los síntomas de una intoxicación alimentaria se curan de manera espontánea, sin necesidad de tratamiento, aunque, en algunos casos, pueden prolongarse o causar complicaciones graves, dependiendo del microorganismo, estado de salud y edad de la persona afectada.
Principales síntomas de intoxicación por alimentos
- Malestar estomacal, dolor intenso en abdomen o recto.
- Vómitos
- Diarrea
- Escalofríos y fatiga.
- pérdida del apetito
- sudoración
- Arcadas o cólicos.
¿Cómo desintoxicar el cuerpo de mariscos?
Si bien en muchos casos el organismo puede recuperarse por sí mismo, hay una serie de cosas que se pueden hacer para ayudar en tratar la desintoxicación:
- Si se sospecha de intoxicación por mariscos, lo primero es dejar de consumirlos de inmediato.
- Mantente bien hidratado para ayudar a eliminar toxinas: el agua, los sueros orales o caldos claros son ideales.
- Si presentas síntomas graves como vómitos persistentes o diarrea, consulta a un médico.
- El consumo de probióticos puede favorecer la recuperación de la flora intestinal tras la intoxicación.
- Evita automedicarte y sigue las indicaciones médicas para un tratamiento adecuado.
Qué no comer cuando se está intoxicado
Durante una intoxicación alimentaria, es importante evitar alimentos que irriten el sistema digestivo, como frituras, alimentos grasos, lácteos, picantes y bebidas alcohólicas o con cafeína.
Opta por una dieta blanda basada en arroz blanco, puré de papas y plátanos maduros hasta que el sistema digestivo se recupere.
Introduce gradualmente alimentos más complejos una vez desaparezcan los síntomas. Varía según la gravedad del caso, en casos leves, donde se auto limita en las primeras 24-48 horas, con 2-3 días es suficiente, para ir introduciendo alimentos.
En casos moderados, si persiste diarrea más allá de 72 horas, se debería acudir a urgencia para evaluación, para optimizar hidratación y estudio etiológico
Microorganismos infecciosos en pescados y mariscos
Es importante conocer cuáles son los agentes que se encuentran en mariscos y pescados, los cuales pueden provocar intoxicación alimentaria:
- Shigella: puede hallarse en los mariscos, productos crudos y listos para consumir.
- Yersinia enterocolítica: menos frecuente, se encuentra en carnes y pescados contaminados, crudos o poco cocinados, leche cruda y mariscos.
- Anisakis: puede transmitirse al ingerir pescados poco cocinados, en especies como la merluza, pescadilla, bonito, sardina, salmón, jurel, bacalao y calamar. Puede producir reacción alérgica.
“La contaminación se puede producir en cualquier punto del proceso de producción del alimento: cultivo, cosecha, procesamiento, almacenamiento, distribución o preparación. La principal causa suele ser la contaminación cruzada; es decir, los gérmenes se transfieren de una superficie a otra. El riesgo es mayor en los alimentos crudos”, da a conocer el doctor Watkins.
¿Cuándo una intoxicación alimentaria es grave?
Una intoxicación alimentaria puede afectar a personas de todas las edades, pero tienen más probabilidades de volverse graves en:
- Bebés y niños pequeños, ya que su sistema inmune no se encuentra completamente desarrollado, sufren deshidratación rápidamente.
- Mujeres embarazadas, por los cambios que se producen en el sistema inmune durante la gestación, aumentan el riesgo de una intoxicación alimentaria. Además, algunos microorganismos o sus toxinas pueden llegar al feto atravesando la barrera placentaria. No deben consumir alimentos crudos, como pescados o mariscos.
- Ancianos, su sistema inmune puede perder eficacia y rapidez de reacción con el paso de los años, además de ser más propensos a la deshidratación.
- Personas con enfermedades crónicas, como diabetes, enfermedad hepática o renal, infección por VIH o que estén bajo tratamiento de radioterapia o quimioterapia, por su menor capacidad de respuesta.