Emociones de fin de año: Cómo gestionar el estrés y la ansiedad del cierre de ciclo
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Fin de año representa un cierre de ciclo que, aunque suele asociarse a celebraciones, también actúa como un detonante de estrés crónico y agotamiento mental. Durante estas semanas, es común experimentar una mezcla de síntomas de ansiedad, fatiga acumulada y una carga emocional intensa.
Para ayudarte a gestionar este periodo y fortalecer tu autocuidado, te entregamos herramientas clave sobre cómo canalizar las emociones de fin de año.
A continuación, revisa las recomendaciones de Constanza Zúñiga, psicóloga de Telemedicina en RedSalud, para enfrentar este tránsito hacia el nuevo año con mayor bienestar emocional.
¿Cuáles son los síntomas y emociones más comunes en diciembre?
Es habitual experimentar un aumento en los cuadros de ansiedad, angustia e incertidumbre. Muchas personas manifiestan estos sentimientos a través de señales físicas y conductuales:
- Alteraciones en la alimentación: Comer por ansiedad es un indicador común de falta de regulación emocional.
- Somatización del estrés: Dolores de cabeza o tensión muscular.
- Irritabilidad: Una respuesta defensiva ante la presión del cierre de año.
Señales de alerta: ¿Cuándo consultar con un psicólogo o psiquiatra?
Debes considerar el apoyo de un profesional de la salud mental si notas que:
- Presentas insomnio o dificultades persistentes para conciliar el sueño.
- Tus sentimientos de queja, tristeza o desmotivación son constantes y afectan tu rendimiento.
- La ansiedad interfiere con tu capacidad para tomar decisiones o disfrutar del tiempo libre.
- Experimentas una fatiga emocional que no desaparece con el descanso básico.
Técnicas de regulación: ¿Cómo canalizar y validar las emociones?
Las emociones no deben reprimirse; necesitan ser procesadas para evitar que se acumulen. Algunas estrategias efectivas incluyen:
- Descarga física: Realizar actividad física, bailar o practicar hobbies que permitan liberar tensión.
- Mindfulness y respiración: Tomar conciencia de la respiración ayuda a anclar el cuerpo en el presente.
- Validación emocional: El primer paso es aceptar lo que sientes sin juzgarte. Permitirte estar cansado es fundamental para iniciar el proceso de recuperación.
El llanto como descarga: ¿Cuándo es una preocupación?
Llorar puede ser una descarga emocional saludable ante un evento estresante.
Sin embargo, si esa emotividad es recurrente, viene acompañada de pensamientos catastróficos o te impide realizar tus actividades cotidianas, podría ser síntoma de un cuadro depresivo o de ansiedad que requiere evaluación especializada.
¿Cómo gestionar la ansiedad en el contexto actual?
La ansiedad suele alimentarse de la necesidad de resultados inmediatos. Para mitigarla, es clave:
- Cultivar la paciencia cognitiva: Entender que no todo puede resolverse al mismo tiempo.
- Practicar técnicas de relajación guiada.
- Establecer límites saludables ante las exigencias sociales y familiares de la época.
Balance anual: ¿Cómo prepararse para el nuevo año?
Para comenzar un nuevo ciclo con energía renovada, te recomendamos:
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Priorizar el ocio: Permítete días de desconexión real y vacaciones si es posible.
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Metas Realistas (Método SMART): Define objetivos a corto y mediano plazo que sean alcanzables. Evita la sobreexigencia que genera frustración.
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Higiene del sueño: Recargar energías empieza por un descanso de calidad.
Para finalizar, Constanza Zúniga aconseja:
“Inicia el año con un compromiso contigo mismo. No te dejes para el final de la lista, recuerda que lo más importante es tener un buen desarrollo de las emociones".