La primera causa de muerte en el mundo, y en Chile, son las enfermedades cardiovasculares, resultado de patologías como la dislipidemia, la que puede pasar desapercibida durante años.
Detectarla a tiempo puede marcar la diferencia. En este artículo te contamos lo esencial para reconocerla, prevenirla y tratarla.
¿Qué es la dislipidemia?
La dislipidemia es una patología que se caracteriza por los altos niveles de grasas en la sangre, pudiendo corresponder a la elevación del colesterol, los triglicéridos o ambos.
Se trata de sustancias que cumplen un importante rol celular, pero que fuera de rangos saludables se acumulan en las arterias, dificultando la circulación de la sangre.
Imagen médica de referencia de cómo el colesterol va acumulándose en venas y arterias:
Afecta a personas de cualquier edad y la mayoría de las veces no genera síntomas, de ahí la importancia de realizarse exámenes de sangre de rutina que permitan detectarla.
¿Cuáles son las causas de la dislipidemia?
Las causas de la dislipidemia pueden dividirse en dos grandes grupos:
Conocer la causa es esencial para definir el enfoque del tratamiento y prevenir complicaciones a largo plazo.
¿Cómo prevenir la dislipidemia?
La dislipidemia se puede prevenir con hábitos de vida saludables, tales como:
- Adoptar una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras, legumbres y granos integrales, baja en grasas saturadas, azúcares y alto contenido de sal y sodio.
- Realizar actividad física, por lo menos 30 minutos al día, se puede comenzar con 3 días y luego llegar a 5 días a la semana.
- Evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol, ya que ambos aumentan el riesgo cardiovascular.
- Si se tiene antecedentes o diagnóstico de diabetes y/o hipertensión, se debe mantener bajo control y chequeo permanente, puesto que influyen en los niveles de lípidos.
- Realizar controles médicos periódicos, especialmente si existen antecedentes familiares o factores de riesgo.
Pequeños cambios sostenidos en el tiempo pueden hacer una gran diferencia en la salud del corazón.
Síntomas de la dislipidemia
Con la dislipidemia difícilmente hay síntomas visibles, se trata de una enfermedad silenciosa y que mucha gente descubre al realizarse un examen o incluso luego de una complicación cardiovascular.
En casos poco frecuentes, especialmente cuando los niveles de lípidos son muy elevados, pueden aparecer señales como:
- Acumulación de grasa en la piel (xantomas).
- Anillos blancos o grises alrededor del iris (arco corneal).
- Dolor en el pecho o sensación de falta de aire si ya hay daño arterial.
Debido a su carácter silencioso, la mejor forma de detectar la dislipidemia es con un chequeo médico preventivo.
¿Cómo se diagnostica la dislipidemia?
La dislipidemia se detecta mediante el análisis de los niveles de colesterol por medio de un examen de sangre, el perfil lipídico, que detecta los niveles de:
- Colesterol total
- Colesterol LDL (“malo”)
- Colesterol HDL (“bueno”)
- Triglicéridos
¿Cómo se interpretan los valores de colesterol en la sangre?
Es muy importante mencionar que no hay un valor “ideal” para todas las personas al medir estos niveles. Los parámetros varían según el perfil y antecedentes de cada paciente.
Por ejemplo, alguien con diabetes, hipertensión o antecedentes cardiovasculares necesitará mantener niveles más bajos de colesterol LDL que alguien sano y sin factores de riesgo.
Por eso, la interpretación de los resultados debe hacerse siempre con apoyo médico, considerando los antecedentes y el riesgo cardiovascular global. Así se puede definir un plan de prevención o tratamiento adaptado a cada caso.
Exámenes adicionales para detectar dislipidemia
Además del perfil lipídico, que es el examen principal, para tener mayores antecedentes de la salud cardiovascular, el médico puede solicitar otros exámenes:
- Glicemia en ayunas o hemoglobina glicosilada, para detectar diabetes o prediabetes.
- Función tiroidea, ya que el hipotiroidismo puede alterar los lípidos.
- Evaluación hepática y renal, en casos donde se sospecha una causa secundaria.
- Índice de masa corporal (IMC) y perímetro abdominal, como parte del control de riesgo metabólico.
Estas pruebas ayudan a identificar si la dislipidemia es parte de un problema mayor, como el síndrome metabólico, y permiten ajustar el tratamiento de forma más precisa.
Tratamiento para la dislipidemia
El tratamiento combina cambios en el estilo de vida con, en algunos casos, medicamentos que ayudan a controlar los niveles de colesterol y triglicéridos.
La indicación dependerá del tipo de dislipidemia, sus causas y el riesgo cardiovascular de cada persona. Siempre debe definirse con apoyo médico.
¿Qué no debe comer una persona con dislipidemia?
Para manejar la dislipidemia, es importante limitar el consumo de ciertos alimentos que pueden elevar el colesterol y los triglicéridos, como:
- Grasas saturadas presentes en carnes grasas, embutidos y productos lácteos enteros.
- Grasas trans, que se encuentran en alimentos procesados y fritos.
- Azúcares refinados y bebidas azucaradas.
- Exceso de alcohol, que puede aumentar los triglicéridos.
Evitar estos alimentos ayuda a mejorar los niveles de lípidos y protege la salud cardiovascular.
¿Qué alimentos es mejor comer para bajar el colesterol?
Incluir ciertos alimentos en la dieta puede ayudar a reducir el colesterol y mejorar la salud del corazón, como:
Frutas y verduras, ricas en fibra y antioxidantes.
Grasas saludables, presentes en el aceite de oliva, aguacate, nueces y pescados como el salmón.
Cereales integrales, que aportan fibra soluble para disminuir la absorción de colesterol.
Legumbres, que ayudan a controlar los niveles de lípidos en la sangre.
Una alimentación balanceada y variada es clave para mantener un perfil lipídico saludable.
Recuerda estar al día con tus chequeos médicos, muy importantes para detectar problemas silenciosos como la dislipidemia: