Fascitis Plantar: cómo identificarla, tratarla y prevenirla
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La fascitis plantar provoca dolor y molestia en el talón y pie, según estudios científicos, afecta a cerca del 10% de la población a nivel mundial. Conoce acá de qué se trata y cómo se puede tratar y prevenir.
¿Qué es la fascitis plantar?
La fascitis plantar es una afección común que ocurre cuando se inflama la fascia plantar, ligamento que recorre la planta del pie y conecta el talón con los dedos, esto genera dolor y malestar.
Esta inflamación puede provocar dolor punzante, especialmente al dar los primeros pasos en la mañana o después de estar mucho tiempo sentado.
El malestar puede presentarse de forma intermitente a lo largo del día y afectar la rutina diaria.
¿Cuáles son las causas de la fascitis plantar?
Aunque la causa exacta no siempre se puede identificar, se sabe que la fascitis plantar suele aparecer tras periodos prolongados de esfuerzo o sobrecarga en los pies.
De esta manera, puede ocurrir por actividades como correr, caminar largas distancias o estar muchas horas de pie, especialmente si se usa calzado con poca amortiguación o sin soporte adecuado para el arco del pie.
Factores de riesgo
- Entre los principales factores de riesgo se encuentra el sobrepeso, el que aumenta la presión sobre la fascia plantar y favorece su inflamación.
- Además, situaciones de mayor sobrecarga, sin preparación previa, como ocurre al comenzar a trotar largas distancias y no progresivamente, o en relación con un viaje que incluya largas caminatas a las que no se está acostumbrado, generando tensión muscular que afecta a esta estructura.
- Otros factores asociados, incluyen una falta de elongación de los gemelos y tendón de aquiles o una forma de pisada particular, como ocurre en el pie cavo, con un arco más pronunciado. Finalmente, en casos de presentación bilateral, y resistente al tratamiento, es importante descartar patologías reumatológicas
- Es importante recordar que el ”espolón calcáneo” existe en un gran porcentaje de la población y no es el causante de la fascitis plantar.
El Dr. Pablo Justiniano, Traumatólogo de tobillo y pie de RedSalud complementa que:
“Se debe derribar el mito: “el doctor me tiene que sacar el espolón”, y entender que el problema es en la fascia plantar, por lo que en la mayoría de los casos se puede solucionar con una simple pauta de ejercicios o kinesioterapia, dependiendo del caso de cada paciente”
Síntomas de tensión en la fascia plantar
El principal síntoma de la fascitis plantar es el dolor, este podemos clasificarlo de dos maneras:
- Insercional (justo donde el ligamento se use al hueso): Se localiza en la zona del talón, suele ser el tipo de dolor más común de esta afección.
- No insercional (a lo largo del ligamento): El dolor se irradia hacia los dedos del pie.
Es importante precisar que el dolor no es constante en su intensidad, por lo que puede resultar más notorio al comenzar a caminar o al colocarse de pie luego de largo rato sentado.
También puede aparecer después de hacer ejercicios, subir escaleras y al levantarse de la cama luego de estar acostado muchas horas.
¿Cuánto duran los síntomas?
Los casos son variados, puede haber pacientes que se recuperan de manera rápida y prácticamente espontánea, así como otros, la mayoría, que necesitan de sesiones kinesiológicas para poder aliviar y disminuir la duración del dolor.
¿Cómo se diagnostica la fascitis plantar?
Para diagnosticarla, un médico, generalmente un traumatólogo, le preguntará al paciente acerca del dolor, cómo lo describe y en qué zonas y situaciones aparece, también si ha cambiado su calzado o si ha aumentado de peso.
Además, el profesional examinará el pie del paciente, ejerciendo presión sobre ciertas zonas, podrá corroborar la presencia de la fascitis, en especial cuando es cerca o sobre el talón.
No suele ser necesario someter al paciente a imágenes de ecografía o resonancia, pero puede ser útil si se sospecha de otros problemas que podrían estar afectando al talón.
Tratamiento para la fascitis plantar
El tratamiento para la fascitis plantar suele estar compuesto por una serie de medidas que ayudan a desinflamar y elongar la fascia, con una tasa de éxito cercana al 90 % , sin necesidad de cirugía, lo que se traduce en:
- Sesiones kinesiológicas: Es el pilar principal del tratamiento, Dependiendo del grado de dolor del paciente y el tiempo de evolución del cuadro, puede variar el número de sesiones de kinesiología, bastando en algunos casos con solo una serie de 10 sesiones, hasta varios meses de terapia. Los ejercicios se orientan a favorecer la elongación de la fascia y el talón de aquiles, y al mismo tiempo fortalecer los músculos adyacentes.
- Reposo: Es fundamental pausar actividades deportivas de impacto durante etapa de dolor agudo, también evitar caminar tramos largos o actividades que exijan alta actividad de los pies.
- Uso de calzado adecuado y eventualmente plantillas: Lo ideal es siempre usar calzado que preste soporte al arco del pie y que brinde buena amortiguación.
- Medicamentos: En especial, en un principio del tratamiento, medicamentos antiinflamatorios pueden ayudar a reducir el dolor y la inflamación. Siempre deben ser recetados y supervisados por un médico.
El Dr. Justiniano, complementa que:
“Es importante recalcar que la fascitis plantar es una patología bastante frecuente dentro de la consulta médica, que genera gran incapacidad, pero que, afortunadamente, tiene un tratamiento de alta efectividad y sin necesidad de cirugías”.
¿Se puede prevenir la fascitis plantar?
La fascitis plantar se puede prevenir con algunas medidas simples en el día a día:
- Usar un calzado cómodo, con buen soporte y amortiguación.
- Cuidar el peso corporal, evitando el sobrepeso.
- Realizar estiramientos suaves del pie y la pantorrilla.
- Si se ha tenido un cuadro de fascitis, aumentar la actividad física de forma progresiva.
- Prestar atención a cualquier molestia en los pies para evitar que se transforme en un problema mayor.
¿Cuándo consultar al médico por fascitis plantar?
Es recomendable consultar a un médico si el dolor en el talón o la planta del pie persiste por más de una o dos semanas, si empeora con el tiempo o interfiere con las actividades diarias.
Busca atención médica si el malestar aparece incluso en reposo o durante la noche, o si no mejora con medidas simples como el reposo o el uso de calzado adecuado.
Un diagnóstico a tiempo permite iniciar el tratamiento adecuado y prevenir complicaciones.
