Ecotomografía abdominal: ¿Qué es?

Una ecotomografía abdominal puede detectar distintas formaciones ubicadas tras la pared del abdomen.

Se trata de una exploración que permite identificar diferentes características del abdomen mediante imágenes de órganos intraabdominales.

Con este estudio se puede detectar la presencia de quistes o nódulos benignos o malignos, así como su tamaño y su forma.

También se puede observar si existe engrosamiento de estructuras del estómago o de los intestinos, cálculos o pólipos en la vesícula, entre otros.

Por otro lado, resulta efectiva para detectar masas de la pared abdominal o defectos de continuidad estructural, como las hernias.

Por último sirve como screening de tumores a pacientes de riesgo y quienes no pueden utilizar medios de contraste, y como examen de rutina o seguimiento de embarazos.
 

Una ecotomografía abdominal, también llamada ecografía abdominal, puede ser solicitada por el médico, por los siguientes motivos:

• Conocer la causa de un dolor abdominal.
• Buscar daño después de un accidente.
• Diagnosticar o monitorear tumores.
• Diagnosticar o monitorear cánceres.
• Conocer la causa de inflamación en un órgano abdominal.
• Buscar cálculos de vesícula.
• Buscar cálculos de riñón.
• Conocer la causa de infecciones renales.
• Diagnosticar o tratar ascitis.
• Conocer la causa de exámenes de sangre anormales.
• Estudiar el estado de la aorta abdominal.
• Apoyar una biopsia hepática o renal.
• Complementar el trabajo de drenaje de abscesos localizados en un órgano del abdomen.
• Buscar la causa de eliminación de sangre en la orina.

Entre las principales afecciones o alteraciones que se pueden detectar mediante una ecotomografía abdominal, se encuentran:

• Cálculos vesiculares.
• Pólipos vesiculares.
• Cálculos de riñón.
• Lesiones sólidas o tumores malignos en riñón.
• Lesiones sólidas o tumores malignos en hígado.
• Esteatosis hepática.
• Quiste hidatídico o lesiones quísticas parasitarias.
• Crecimiento uterino.
• Crecimiento prostático.
• Engrosamiento de pared de intestinos.
• Aneurisma aórtico abdominal.
• Absceso.
• Apendicitis.
• Colecistitis.
• Hidronefrosis.
• Pancreatitis o inflamación del páncreas.
• Esplenomegalia o agrandamiento del bazo.
• Hipertensión portal.
• Obstrucción de los conductos biliares.
• Cirrosis.