
Criptorquidia ¿qué es? Síntomas, diagnóstico y cirugía
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La criptorquidia es una patología que puede ocurrir en el niño y que consiste en la falta de descenso de uno o ambos testículos hacia el escroto. En un desarrollo normal dentro del periodo embrionario, los testículos se forman al lado de los riñones y durante el transcurso del embarazo van descendiendo progresivamente hasta las bolsas escrotales.
Sin embargo, el descenso de los testículos falla en el 3% de los niños que nacen a término y en un 30% de los bebés prematuros, también, en un porcentaje mínimo, pueden descender de forma tardía.
En RedSalud contamos con médicos pediatras y urologos infantiles, especialistas en afecciones como la criptorquidia.
¿Qué es la criptorquidia?
La criptorquidia es una afección que ocurre cuando uno o los dos testículos del niño no descienden hacia el escroto (“saco” que contiene los testículos y se ubica debajo del pene).
Cuando solo un testículo es el que no desciende, se conoce como criptorquidia unilateral, mientras que si no descienden ambos, se la denomina criptorquidia bilateral.
Es frecuente en recién nacidos, teniendo un escroto vacío o asimétrico, es común que se acompañe de una hernia inguinal.
También existe la criptorquidia adquirida, sucede en niños de 4 a 8 años, cuando los testículos se retraen del escroto a la cavidad inguinal.
Es importante dejar en claro que no debe confundirse con otras afecciones relacionadas como: testículo intraabdominal, ectópico o retráctil:
- El testículo intraabdominal es cuando este queda dentro del abdomen.
- El testículo ectópico ocurre cuando se ubica fuera de la vía inguinal.
- El testículo retráctil sucede al moverse hacia otras áreas de la cavidad inguinal.
¿Cuáles son las causas de la criptorquidia?
En general, las causas de la criptorquidia no son claramente conocidas, aunque está vinculada a factores: ambientales, genéticos, hormonales, anatómicos y de salud materna.
Sin embargo, uno de los factores de riesgo de la criptorquidia es el parto prematuro, por la falta de desarrollo del bebé, que puede afectar el descenso de los testículos. En los recién nacidos cuyos testículos no se sienten al tacto, puede haber sospecha de una condición llamada hiperplasia suprarrenal congénita.
Esta enfermedad ocurre cuando las glándulas suprarrenales (encima de los riñones) no producen hormonas correctamente, y aun siendo genéticamente femenino, desarrolla características masculinas en sus genitales.
Síntomas de criptorquidia
Los síntomas de la criptorquidia se pueden traducir en:
Escroto vacío: uno o ambos testículos no están presentes en la bolsa escrotal al nacer o durante el crecimiento del niño.
Incapacidad de sentir los testículos: durante un examen físico, no se pueden palpar los testículos en su lugar habitual.
Posible hernia inguinal: es posible que exista una hernia inguinal, lo que puede generar inflamación o molestias en la ingle.
Posibles complicaciones
Entre las complicaciones de la criptorquidia, que pueden presentarse por tratamiento tardío o falta de este, se incluyen:
- Problemas de fertilidad en la vida adulta y el carcinoma testicular (o riesgo de cáncer de testículos), especialmente en testículos no descendidos en posición intraabdominal.
- Además, cuando los testículos intraabdominales no son tratados a tiempo, se puede ocasionar una torsión testicular, acompañado de dolor agudo.
- La mayoría de los bebés recién nacidos con testículos no descendidos, al momento del nacimiento, presentan hernia inguinal como una complicación derivada.
¿Cuándo consultar al médico?
La criptorquidia suele ser detectada al poco tiempo del nacimiento, por lo que se debe consultar con el médico pediatra o urólogo infantil para revisar la evolución de la patología.
Si los testículos no descendidos no se mueven al escroto durante los primeros 4 meses de edad, puede no corregirse por sí mismo y requerir tratamiento quirúrgico. Ante esta situación, se recomienda consultar al especialista médico para tratarlo de forma oportuna y evitar complicaciones asociadas.
Diagnóstico de la criptorquidia
Para el diagnóstico de la criptorquidia se hace una evaluación clínica, algunas veces se solicita una laparoscopia, ecografía o resonancia magnética. El primer examen físico se realiza en el nacimiento del niño. Luego se lleva un control anual de la ubicación y crecimiento de los testículos.
Cuando uno de los testículos no es palpable y el otro que ha descendido es de gran tamaño, se determina atrofia del testículo no descendido. El diagnóstico de esta afección se hace mediante intervención quirúrgica laparoscópica para determinar si se trata de testículo intraabdominal o agenesia testicular.
Si los dos testículos no son palpables, se debe hacer un diagnóstico diferencial con un médico endocrinólogo infantil, para descartar el trastorno de diferenciación sexual. En caso de haberse descartado dicho diagnóstico, se suele hacer una intervención quirúrgica laparoscopia para ubicar los testículos en el abdomen y descenderlos.
Criptorquidia: tratamiento
Cuando se presenta criptorquidia, tratamiento habitual es la orquidopexia, cirugía que permite bajar el o los testículos no descendidos a la bolsa escrotal. La operación consiste en una pequeña incisión en la zona de la ingle, para poder liberar el o los testículos de las capas que lo envuelven y bajarlos.
A través de laparoscopia abdominal se desciende el testículo no palpable y se lo coloca en el escroto, mientras que si el testículo es atrófico se extrae el tejido. La operación es de carácter ambulatorio, con pocas complicaciones posibles, y se recomienda efectuar entre los 6 y los 12 meses de vida del niño.
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La detección temprana es importante
Si bien la detección de testículos no descendidos se efectúa en el nacimiento, el descenso se puede producir durante los primeros meses.
Por dicho motivo es fundamental consultar al médico pediatra para llevar un seguimiento exhaustivo y llegar al diagnóstico de forma temprana para tratar a tiempo.
El diagnóstico temprano evita complicaciones futuras, que pueden ocasionarse tanto en la adolescencia como en la adultez, entre ellas la infertilidad y el cáncer testicular.
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