Muchas personas asocian automáticamente el dolor en la mandíbula o el desgaste de los dientes con bruxismo. Sin embargo, según el Dr. Ignacio Naranjo, especialista en trastornos temporomandibulares (TTM) de RedSalud, esta asociación no siempre es correcta.
“Durante años, se metió todo lo que no entendíamos dentro del ‘saco del bruxismo’ y se asumió que la solución era usar una placa dental. Pero hoy sabemos que el diagnóstico debe ser más específico”, explica.
¿Qué es el bruxismo?
El bruxismo es el movimiento involuntario de apretar o rechinar los dientes que ocurre durante el sueño, el que no siempre tiene como consecuencia el dolor.
El Dr. Naranjo lo resume así: “El verdadero bruxismo es apretar o hacer sonar los dientes mientras se duerme. No necesariamente produce síntomas, pero puede ser una señal de alerta de que algo más está pasando en el cuerpo”.
En otras palabras, más que un problema en sí mismo, el bruxismo puede ser un síntoma secundario de otras condiciones. Por ejemplo, puede estar relacionado con:
- Problemas articulares o musculares de la mandíbula, cabeza, rostro o cuello.
- Trastornos respiratorios del sueño (como la apnea).
- Reflujo gastroesofágico nocturno.
- Uso de ciertos medicamentos que afectan el sistema nervioso.
- Estrés o tensión emocional.
- Causas sin identificar.
“Así como la fiebre no es una enfermedad, sino un síntoma, el bruxismo puede ser la forma que tiene el cuerpo de avisarnos que algo no está funcionando bien”, señala el especialista.
Cuando el bruxismo genera dolor
Despertar con dolor en la mandíbula, la cara o el cuello no es normal, y aunque muchas personas lo atribuyen al bruxismo, en la mayoría de los casos el dolor proviene de una disfunción articular o muscular.
Estas estructuras son las que permiten los movimientos de la mandíbula y pueden verse afectadas por su uso excesivo o por problemas estructurales.
“El paciente llega diciendo ‘tengo bruxismo’, pero lo que necesita es que lo ayudemos a entender de dónde viene su dolor. El verdadero diagnóstico muchas veces es una patología de la articulación temporomandibular o de los músculos involucrados”, afirma el Dr. Naranjo.
El papel del estrés en cuadros de bruxismo
El estrés, aunque no es la causa directa del bruxismo, puede agravar el dolor muscular. Esto se debe a que:
Disminuye el umbral del dolor, es decir, hace que seamos más sensibles a estímulos menores. Aumenta el tono muscular, lo que significa que los músculos están más tensos de lo habitual.
Si esta tensión se suma a una articulación previamente dañada, el dolor puede intensificarse.
¿Cómo se trata el bruxismo y sus causas asociadas?
El tratamiento actual de los trastornos temporomandibulares ha evolucionado:
“Ya no usamos la placa dental como solución única. Al igual que los medicamentos, las placas pueden tener efectos secundarios y no siempre están indicadas”, explica el doctor.
El enfoque moderno es integral y personalizado. Algunos de los tratamientos disponibles incluyen:
- Infiltraciones con anestésicos, corticoides o ácido hialurónico.
- Lavado articular (artrocentesis).
- Toxina botulínica en músculos específicos de la mandíbula.
- Placas dentales especializadas (no existe una sola, pueden ser totales, anteriores o posteriores).
- Derivación y contacto con otros especialistas como otorrinos, gastroenterólogos o neurólogos, según la causa subyacente.
- Kinesiología en casos donde el profesional lo estime necesario.
“La idea no es solo aliviar el dolor, sino también frenar el daño articular o muscular y ayudar al cuerpo a repararse”, comenta el Dr. Naranjo.
¿El bruxismo es crónico? ¿Se puede prevenir?
El pronóstico depende del diagnóstico. Si se trata de un problema muscular, puede resolverse en pocos meses.
Pero si existe daño articular, como en la osteoartritis (desgaste del hueso o cartílago), se considera una condición crónica y requiere seguimiento a largo plazo. En estos casos, el Dr. Naranjo señala que:
“se hace un tratamiento intensivo al principio que dura alrededor de 3 meses, pero después eso, se sigue controlando ese paciente una vez al año o cada año y medio, o en algunos casos más severos cada 6 meses para ir viendo que esto no progrese o no se reactive.“
Para prevenir recaídas en patologías articulares, se recomienda:
- Dormir bien y mantener una buena higiene del sueño.
- Evitar malos hábitos en general, por ejemplo, masticar chicle o morder lápices o uñas.
- No jugar con la mandíbula ni hacer movimientos repetitivos innecesarios.
- Consultar de inmediato si se recibe un golpe fuerte en el rostro o cabeza.
Bruxismo: Una alerta que no debe ignorarse
Más allá del dolor o el desgaste dental, el bruxismo puede ser un síntoma o “bandera roja” que nos está alertando de problemas más graves.
“Tener trastornos del sueño puede acortar la esperanza de vida hasta en 7 años. El reflujo durante la noche puede derivar en cáncer oral o esofágico. Por eso es clave hacer un buen diagnóstico y derivar al paciente con el especialista adecuado”, enfatiza el Dr. Naranjo.