persona con trastorno de ansiedad

Ansiedad: cómo identificarla y tratarla

Salud Mental

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La ansiedad se presenta como uno de los principales trastornos que afectan la salud mental en Chile.
En RedSalud preparamos esta guía para que aprendas a reconocerla y cómo identificar cuando requieres de la consulta con un profesional.

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una reacción del organismo frente al estrés, impulsa el poder anticiparnos a situaciones ocasionales desafiantes o a un suceso desconocido. 

Sin embargo, cuando este estado se vuelve persistente, intenso y comienza a interferir con la vida cotidiana, puede convertirse en un trastorno de ansiedad, donde se presenta con mayor frecuencia e intensidad, siendo un problema de salud que requiere atención profesional.

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Tipos de trastornos de ansiedad

Los trastornos de ansiedad se caracterizan porque la respuesta de miedo o preocupación es más intensa o duradera de lo que la situación realmente justifica. 

Esto puede presentarse de diferentes maneras, entre ellas:

Trastorno de ansiedad generalizada

En un trastorno de ansiedad generalizado, la persona vive con preocupación excesiva, persistente y difícil de controlar, relacionada con diversos aspectos de su vida o de personas de su entorno, como el trabajo, la salud o la familia, incluso cuando no hay una razón clara, pudiendo durar meses.

Síntomas de trastorno de ansiedad generalizada

Algunas señales que ayudan a identificarlo:

  • Nerviosismo o sensación de tensión constante.
  • Cansancio y problemas para dormir.
  • Dolor muscular o rigidez en el cuerpo.
  • Palpitaciones, molestias digestivas
  • Problemas de concentración y memoria.
  • Dificultad para tomar decisiones, evitación de situaciones estresantes.

Trastorno de ansiedad social (o fobia social)

Se caracteriza por un miedo intenso a situaciones sociales o de exposición en público, como hablar frente a los demás o participar en reuniones y eventos. 

Quien lo padece teme (probablemente, de forma inconsciente) ser juzgado, humillado o rechazado, lo que puede llevarlo a evitar estas situaciones y limitar su vida personal y profesional.

Síntomas de trastorno de ansiedad social

La fobia social puede manifestarse como:

  • Evitar reuniones o presentaciones en público.
  • Enrojecimiento facial, sudoración o palpitaciones ante la interacción social.
  • Pensamientos negativos sobre el propio desempeño.
  • Temor persistente a la crítica o al rechazo.

Ataques de pánico

Corresponde a un malestar que alcanza su peak en pocos minutos, teniendo síntomas muy marcados. También pueden ocurrir en otros trastornos de ansiedad. 

Cuando los ataques se vuelven recurrentes, inesperados y generan ansiedad y preocupación constante por temor a que vuelvan a ocurrir, evitando situaciones que puedan gatillarlos (salir solo, usar el transporte público, por ejemplo), se considera un Trastorno de Pánico.

Síntomas de ataque de pánico

Una persona que experimenta un ataque de pánico es muy posible que lo describa como que “siente que va a morir”, esto porque se manifiesta con:

  • Palpitaciones, temblores o sensación de falta de aire.
  • Mareos o sensación de pérdida de control.
  • Miedo intenso a morir o a "volverse loco".
  • Sudoración excesiva y escalofríos.

Causas más comunes de la ansiedad

La ansiedad no se explica por una sola razón, es el resultado de diferentes factores tanto emocionales, como biológicos y ambientales que influyen en la manera en como se reacciona al estrés.

Reconocer estas causas es clave para comprender el origen del problema y buscar estrategias adecuadas de manejo o tratamiento.
Algunas de estas causas, las que pueden darse combinadas, son: 

Consecuencias de la ansiedad en la salud física y mental

Cuando la ansiedad no se trata, puede perjudicar tanto la salud mental como el bienestar físico. 

Su impacto no se limita a la mente, ya que el cuerpo también responde al estrés constante. Algunas de las consecuencias incluyen:

  • Problemas cardiovasculares: la ansiedad prolongada puede aumentar la presión arterial y el riesgo de arritmias o enfermedades cardiacas.
  • Alteraciones del sueño: dificultad para conciliar el sueño o despertarse con frecuencia, lo que genera cansancio y bajo rendimiento diario.
  • Trastornos digestivos: el estrés puede provocar dolor abdominal, diarrea o acidez estomacal recurrente.
  • Afectación emocional: mayor riesgo de desarrollar depresión u otros trastornos mentales si la ansiedad se vuelve crónica.
  • Impacto en la vida social y laboral: aislamiento, pérdida de interés en actividades y dificultad para concentrarse.

Reconocer estos efectos es fundamental para entender que la ansiedad no solo son “nervios”, sino un problema de salud que merece atención profesional.

Diagnóstico: cuándo consultar a un profesional de salud mental

Buscar ayuda profesional no significa que “no puedas con la situación”, sino que reconoces que la ansiedad está afectando tu bienestar. Se recomienda consultar a un psicólogo o psiquiatra cuando:

  • Los síntomas de ansiedad persisten por varias semanas y no mejoran con el tiempo.
  • Experimentas, ataques de pánico o crisis que interfieren con tu trabajo, estudios o relaciones personales.
  • Sientes que la ansiedad afecta tu salud física, como dolores recurrentes, insomnio o palpitaciones.
  • Aparecen otros síntomas emocionales como tristeza profunda, irritabilidad o pérdida de interés en actividades cotidianas.
  • No puedes identificar la causa de la ansiedad o esta parece empeorar con los días.

Un profesional de salud mental puede llevar a cabo una evaluación clínica, descartar otras condiciones médicas y sugerir un plan de tratamiento personalizado, que puede incluir terapia psicológica, cambios en el estilo de vida o, en algunos casos, medicación.

Estrategias y hábitos para manejar la ansiedad en el día a día

Además del apoyo profesional, existen hábitos y estrategias simples que pueden ayudar a reducir la ansiedad:

- Practica la respiración profunda: dedicar unos minutos al día a respirar lenta y profundamente ayuda a calmar la mente y relajar el cuerpo.
- Mantén una rutina de sueño: dormir bien mejora la estabilidad emocional y reduce el estrés.
- Haz ejercicio físico: realizar deporte libera las llamadas “hormonas de la felicidad”, que reducen la ansiedad.
- Limita cafeína, alcohol y nicotina: estas sustancias pueden aumentar la tensión y empeorar los síntomas.
- Realiza actividades que disfrutes: leer, escuchar música o pasar tiempo en la naturaleza, ayuda a desconectar y relajarse.
- Habla con alguien de confianza: compartir lo que sientes con familiares, amigos o grupos de apoyo puede aliviar la carga.

Estas estrategias no reemplazan el tratamiento profesional, pero son un complemento valioso para cuidar la salud mental y prevenir que la ansiedad se intensifique.

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