Conoce qué es un absceso dental, por qué ocurre y cómo tratarlo. Consultamos al Odontólogo Iván Pinilla, Jefe de especialidades dentales y coordinador de rehabilitación en Centros Médicos y Dentales RedSalud para entregarte los mejores consejos e información.
¿Qué es un absceso dental?
Un absceso dental es una infección bacteriana que provoca la acumulación de pus alrededor de un diente o en las encías. Ocurre cuando la pus no puede drenar, causando hinchazón, dolor y malestar.
Según su lugar de aparición puede ser de dos tipos:
Absceso periapical
Se forma en la punta de la raíz del diente como consecuencia de una caries profunda o trauma que genera una infección en el nervio dental.
Absceso periodontal
Ocurre en los tejidos que soportan el diente, por enfermedad periodontal no tratada o infecciones entre el diente y la encía, generalmente a causa de acumulación bacteriana por mala higiene en dicha zona.
Diferencia entre infección dental y absceso
El organismo genera esta reacción inflamatoria como un mecanismo de defensa frente a la infección, buscando aislarla y proteger las áreas circundantes.
Es decir, un absceso es el resultado avanzado de una infección no tratada.
Causas y factores de riesgo de un absceso dental
Un absceso dental ocurre cuando las bacterias invaden el diente o las encías, a través de:
- Caries profundas: Permiten que las bacterias lleguen al nervio dental.
- Lesiones dentales: Fracturas o grietas que exponen el interior del diente a infecciones.
- Enfermedad periodontal: Inflamación crónica de origen bacteriano en las encías y tejidos que soportan el diente, que generan espacios (sacos) donde las bacterias pueden acumularse.
- Higiene oral deficiente: Favorece la acumulación de bacterias (biofilm) y el desarrollo de infecciones.
Síntomas de un absceso dental
Dentro de las señales que te permitirán sospechar que si lo que tienes es un absceso dental, están:
¿Qué tan grave puede ser un absceso dental?
Es una condición seria que, si no se trata, puede tener complicaciones graves.
La infección puede propagarse a otras áreas, como el cuello, la órbita o incluso al torrente sanguíneo, causando una condición peligrosa llamada septicemia. Por ello, un absceso dental no debe ignorarse y requiere atención dental lo antes posible para evitar riesgos mayores.
Diagnóstico y tratamiento del absceso dental
Es muy importante que si tienes dolor dental y/o además reconoces síntomas de un absceso dental te dirijas donde un profesional que pueda tratar la infección. De lo contrario, la infección te traerá cada vez más dolor y complicaciones.
El profesional que se puede encargar de resolver tu problema va a depender de qué tipo de absceso tengas:
- Periapical: debe ser tratado por un endodoncista, experto en la pulpa y raíz de las piezas dentales
- Periodontal: tiene que ser visto por un periodoncista, especializado en el tratamiento de las encías.
También un odontólogo general puede identificar el problema y derivarte con el especialista.
¿Qué hacer para curar un absceso dental?
La única forma de curar un absceso dental es que el dentista especialista trate la infección. Esto generalmente incluye:
- Drenaje del absceso: El dentista eliminará la acumulación de pus para aliviar la presión y el dolor.
- Tratamiento del diente o encía afectada: Puede incluir un tratamiento de conducto (si se tiene del tipo periapical), limpieza profunda mediante pulidos radiculares o, en casos extremos, la extracción del diente.
- Antibióticos: Se prescriben solo si la infección se ha extendido o hay riesgo de complicaciones.
"Es muy importante acudir a un profesional odontólogo en caso de sospechar de una infección de origen dental y por ningún motivo automedicarse o intentar remedios caseros, ya que pueden agravar el cuadro o generar infecciones muy complejas de tratar, en especial en caso de pacientes con alguna patología sistémica adicional.” Señala el odontólogo Iván Pinilla.
¿Cuánto tiempo tarda en curarse un absceso dental?
El absceso dental suele mejorar en unos pocos días si se trata y se siguen las indicaciones entregadas por el profesional.
Sin embargo, el tratamiento completo, como un tratamiento de conducto (de ser necesario), puede tomar de una a dos semanas.
En casos graves, la curación puede ser más lenta si no se trata adecuadamente o en caso de ciertas condiciones propias del paciente, como patologías metabólicas no controladas (por ejemplo, diabetes).
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