Cirugía de ligamento cruzado anterior

Este procedimiento quirúrgico se hace necesario en pacientes que tengan una lesión ligamentaria de una magnitud suficiente como para que les impida realizar sus actividades diarias.

Algunas de las razones para realizar este procedimiento son:

• Devolver la estabilidad a la rodilla del paciente.
• Corregir lesiones asociadas a la rotura del ligamento anterior.
• Evitar cambios degenerativos precoces, producto de una articulación inestable.
• Disminuir la sensación de dolor en la rodilla.

Alrededor del 70% de las rupturas del ligamento cruzado anterior se deben a lesiones torsionales.

Asimismo, otro gran porcentaje importante de estas lesiones se asocian a roturas de meniscos, lesiones de cartílago u otras lesiones ligamentarias.

El retorno a actividades cotidianas normales posterior a una operación de ligamento cruzado anterior toma entre 1 a 2 meses desde la intervención.

Lo anterior depende de si se han llevado a cabo o no procedimientos adicionales, como por ejemplo, reparación meniscal o de cartílago.

La posibilidad de retornar a realizar deporte de forma posterior a este tipo de lesiones depende de la cronicidad de las mismas.

Al respecto, y frente a una lesión aislada del ligamento cruzado anterior, la probabilidad de un retorno deportivo es de un 97% en los casos en que se ha realizado una intervención en forma precoz, generalmente entre el segundo y tercer mes del accidente.

En aquellos casos de éxito, los pacientes podrán volver a realizar trote suave desde los 3 a 4 meses posteriores a la intervención quirúrgica.

En los casos de deportistas que practican fútbol o basquetbol, estos son autorizados a entrenar a partir del sexto mes, mientras que la participación deportiva, que depende la recuperación, se suele autorizar entre el séptimo y octavo mes desde la operación.