La importancia de una mirada integral para tratar el linfoma

Tratamiento linfoma

La importancia de una mirada integral para tratar el linfoma

 

El cáncer es la segunda causa de muerte en nuestro país, dentro de los cuales está el linfoma, y las cifras siguen en aumento. En el mes en que se celebra el día mundial de esta enfermedad, conversamos con el doctor Christopher Tabilo, médico jefe del Servicio de Hematología y Oncología de RedSalud Vitacura para saber más sobre sus síntomas y cuáles son los tratamientos disponibles en el Instituto del Cáncer RedSalud.

Mirada integral de la enfermedad

“El tratamiento del cáncer exige una mirada integral. El Instituto del Cáncer RedSalud cuenta con un equipo médico específico que incluye hematólogos, radioterapeutas, médicos nucleares y radiólogos, patólogos y otros especialistas en laboratorio molecular en cáncer, además de un selecto equipo transdisciplinario conformado por Cardio-oncología, Genética Clínica, Geriatría, Fonoaudiología y rehabilitación, psico-oncología y Psiquiatría de enlace, Kinesiología y Terapia Ocupacional. Todos ellos trabajan de manera integrada con los médicos tratantes para dar respuesta a las necesidades de cada paciente”, explica el doctor Tabilo. Esto, junto a tecnología de vanguardia para realizar exámenes y procedimientos que permitan entregar diagnósticos precisos y oportunos.

¿Qué es el linfoma? 

El linfoma es un tipo de cáncer que se origina en las células del sistema linfático, que es parte del sistema inmunológico del cuerpo. El sistema linfático incluye los ganglios linfáticos (pequeñas glándulas en forma de poroto que producen y almacenan células que combaten infecciones), el bazo, las amígdalas y las adenoides. El linfoma se produce cuando las células linfáticas se vuelven anormales y comienzan a crecer y multiplicarse de manera descontrolada.

¿Cuántos tipos de linfoma hay y cuáles son sus diferencias? 

Hay dos tipos principales de linfoma: el linfoma de Hodgkin y el linfoma no Hodgkin. El linfoma de Hodgkin se caracteriza por la presencia de células anormales llamadas células de Reed-Sternberg, mientras que el linfoma no Hodgkin incluye una amplia variedad de subtipos con diferentes características y pronósticos. Los síntomas son muy similares, pero las diferencias están en los estudios de biopsia y en los tratamientos, por lo que es necesario siempre el manejo por un equipo clínico experimentado. 

¿Cuáles son los síntomas de alerta por los que se debe consultar? 

Los síntomas más comunes incluyen inflamación de los ganglios linfáticos, fiebre, sudoración nocturna, pérdida de peso inexplicada y fatiga. Si los síntomas se mantienen por dos o más semanas se debe consultar. 

¿Cómo se realiza el diagnóstico? 

El diagnóstico de linfoma debe ser realizado por un médico especialista en Hematología, quien evaluará los resultados de las pruebas y procedimientos para determinar el tipo y la etapa del linfoma. Generalmente implica una combinación de pruebas y procedimientos como: 

  • Historial médico y examen físico: el médico recopilará información sobre los síntomas, antecedentes médicos y familiares, y realizará un examen físico para buscar signos de linfoma, como inflamación de los ganglios linfáticos. 
  • Exámenes de sangre: permiten evaluar la función de los órganos como la médula ósea, el hígado y los riñones y para buscar signos de infección viral o bacteriana. 
  • Biopsia: este es el procedimiento más importante para confirmar el diagnóstico de linfoma. Se extrae una muestra de tejido o células anormales, generalmente de un ganglio linfático agrandado, y se examina bajo un microscopio para determinar si hay presencia de células cancerosas. Además, se pueden realizar otros estudios específicos para afinar diagnóstico y guiar el tratamiento. 
  • Imágenes: estas pruebas pueden ayudar a determinar la ubicación y el tamaño de los ganglios linfáticos afectados, así como detectar la presencia de masas en otros órganos. 
instituto del cáncer redsalud
Linfoma, lo que debes saber del cáncer linfático.

 

¿Cómo es el tratamiento?

El especialista trabajará en conjunto con el paciente para desarrollar un plan de tratamiento personalizado. Este plan debe ser analizado en un Comité Oncológico transdisciplinario, que incluye diferentes especialistas, el que discute riesgos y beneficios de la terapia para cada paciente en particular. La recomendación de tratamiento puede incluir quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida, inmunoterapia o una combinación de ellos. La elección del tratamiento dependerá del tipo y la etapa del linfoma, así como de las características individuales del paciente. 

¿Cuáles son los factores de riesgo? 

Edad: Aunque algunos subtipos de linfoma son propios de la juventud, en general el riesgo de linfoma aumenta con la edad, siendo más común en personas mayores de 60 años. 

  • Sexo biológico: algunos tipos de linfoma son más comunes en hombres que en mujeres, mientras que otros tipos tienen una incidencia similar en ambos sexos. 
  • Antecedentes familiares: tener familiares cercanos, como padres o hermanos, con linfoma puede aumentar el riesgo de desarrollarlo. 
  • Infecciones virales: algunas infecciones como el virus de Epstein-Barr (EBV) y el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), se han asociado con un mayor riesgo de linfoma. 
  • Inmunodeficiencia: las personas con sistemas inmunológicos debilitados tienen un mayor riesgo de desarrollar linfoma. 
  • Exposición a productos químicos: ciertos productos químicos como herbicidas, pesticidas y solventes orgánicos, se han relacionado con cierto aumento del riesgo de padecer un linfoma. 

“Cada caso de linfoma es único, por lo que el plan de tratamiento y los pasos a seguir pueden variar según las características individuales del paciente. Es fundamental seguir las recomendaciones del equipo médico y mantener una comunicación abierta para abordar cualquier inquietud o pregunta que pueda surgir durante el proceso de tratamiento”, finaliza el doctor Tabilo.