Linfoma

Existen muchos tipos de linfomas. Estos se clasifican en linfomas de Hodgkin y linfomas no Hodgkin, y estos a su vez, pueden ser considerados "agresivos" o "indolentes", según su comportamiento clínico.

Ejemplos más comunes son los linfomas de Hodgkin clásicos, el linfoma no Hodgkin de células grandes B y el linfoma no Hodgkin folicular.

Todos tienen en común el crecimiento anormal y desordenado de las células de origen linfoide, lo que genera el aumento del tamaño de los ganglios linfáticos.

Otros tipos de Linfoma existentes son:

• Linfoma cutáneo de células T
• Linfoma cutáneo de linfocitos B
• Macroglobulinemia de Waldenström

• Edad: algunos tipos de Linfoma son más frecuentes en adultos jóvenes y otros se dan con mayor frecuencia en personas mayores de 55 años.
• Sexo: los hombres tienen un poco más de probabilidades que las mujeres de desarrollar linfoma.
• Alteración del Sistema Inmune: las personas con enfermedades del sistema inmunitario o que toman medicamentos que inhiben este sistema pueden estar más propensos.
• Infecciones: algunas infecciones generan un riesgo mayor de tener la enfermedad, como el virus de Epstein-Barr y la infección por Helicobacter pylori.

Los síntomas son variados y dependen del tipo y de lo avanzado que esté esta patología en el paciente.

Al respecto, alguno de sus síntomas son

• Fiebre
• Sudoración nocturna.
• Pérdida de peso repentina
• Palpación de ganglios con crecimiento no doloroso de los ganglios linfáticos en el cuello, las axilas o la ingle
• Fatiga persistente
• Dificultad para respirar
• Picazón en la piel

Para diagnosticar esta enfermedad, es necesario que un especialista en Hematología realice diversos exámenes que le permitan concluir la existencia o no de Linfoma en el paciente.

Algunos de estos exámenes son:

• Examen físico: sirve para evaluar si el bazo o el hígado, así como los ganglios linfáticos en el cuello, la axila y la ingle, se encuentran aumentados de tamaño.
• Biopsia de ganglio linfático: se saca el total o parte de un ganglio linfático para realizar un análisis histológico (observación del tejido y las células a través de un microscopio). Con ello se determina si existe linfoma en el ganglio y se puede determinar a qué tipo corresponde.
• Exámenes de sangre
• Estudio de médula ósea (por aspiración o biopsia): se extrae una muestra de médula ósea del hueso de la cadera o esternón del paciente con el fin de evaluar la extensión del compromiso por el linfoma en el cuerpo, llamado etapificación.
• Pruebas de imágenes: se realizan tomografías computarizada o TAC, resonancia magnética o RMN y tomografía por emisión de positrones o PET-CT para determinar la presencia de Linfoma en el paciente.

Existen diferentes tratamientos para el linfoma, los cuales varían dependiendo del tipo de cáncer y de la etapa en que este se encuentre.

Algunos sólo requieren observación o seguimiento antes de iniciar un tratamiento. Y, entre estos últimos, podemos mencionar:

• Quimioterapia: se utilizan medicamentos orales o endovenosos que permiten destruir las células cancerosas del Linfoma.
• Radioterapia: se aplican rayos X en el paciente para producir la muerte a las células de Linfoma y/o detener su crecimiento. Puede ser localizada en un sitio o en todo tu cuerpo según el tipo de cáncer.
• Trasplante de médula ósea:este procedimiento puede ser autólogo (células madre del mismo paciente) o alogénico (células madre de un pariente o un donante no emparentado que sea compatible).

Recuerda que en el Instituto del Cáncer RedSalud brindamos una atención médica del más alto estándar de la mano de un equipo médico especialista en el diagnóstico y tratamiento de personas con Linfoma.